Es escuchar la palabra Gestalt y hago un recorrido en mi vida de lo que ha sido vivir con y sin ella. Escribo estos versos, sin juicio, sin pensamiento, diciendo lo que siento:
Date cuenta de lo que te está pasando,
en mi rueda de hámster no me lo había planteado.
Me doy cuenta de lo poco que me escucho,
por eso aquí y ahora lucho.
Soy consciente de que estoy de paso,
por eso intento disfrutar de cada paso.
Mi perro de arriba me manda y me exige,
ahora con la Gestalt mi exigencia disminuye.
Mi perro de abajo me intenta seducir
y yo ahora no lo saco a relucir.
Ha sido posible una negociación
entre el perro de arriba y el de abajo porque discuten mogollón.
Mis emociones me dan información
por eso no las reprimo y eso para mi, es una liberación.
¡Cuanto tiempo las he reprimido!
por los introyectos que de pequeño me habían convencido.
Mis mecanismos de defensa los he vuelto a configurar,
pues la vida no es una amenaza, la estoy volviendo a disfrutar.
Decir ¡Te quiero! ¡Estoy argulloso de ti!
Es mi motor de vida y mi sentir.
¡Gracias Gestalt por existir!
Muy bonito y real. Gracias.