Tristeza y Gestalt. Un día cuando menos te lo esperas la tristeza apareció en mi vida sin avisar, me levanté con un vacio enorme en el estómago, sin ganas de trabajar (y eso que tengo un trabajo que me encanta), sintiéndome una auténtica mierda, sin motivación y sin ganas de nada.

Al principio no le presto mucha atención o le quito importancia “será que me hoy me he levantado así, ya se pasará…”. Transcurre el tiempo y la tristeza no se va, se queda. Yo lucho contra ella diciéndole: “¡no vas a poder conmigo!!”, tengo grandes batallas con ella,  pero lo que consigo es estar más cansado y volviéndome loco a preguntas de ¿Qué  me pasa?, ¿Porqué?

TRISTEZA Y GESTALT

Después de mucho sufrir aparece en mi vida la Gestalt, a través de la cual y con el acompañamiento de un Terapeuta, lo primero que hago es aceptar que estoy triste, eso para mí es un logro, y luego poder verbalizar a los demás que estoy triste, eso fue para mí liberador.

Con la Gestalt aprendo a dejar de pelearme con la tristeza, ya no la veo como un enemigo sino como un aliado que me está diciendo algo. Con la ayuda del Terapeuta soy capaz de pararme y tomar contacto con mi cuerpo y ese vacío que tengo en el estómago, ¿Qué me quiere decir?

Después de muchas muchas lágrimas, me doy cuenta que la tristeza me está diciendo de que hace un año que mi Tía se  murió de Cáncer. Una persona muy importante en mi vida a la que estoy muy agradecido y que la echo mucho de menos.

La Gestalt me ha enseñado a ver las emociones sin connotaciones ni positivas o negativas, verlas como una alarma que me aparece parpadeando en el cuenta kilómetros de un coche, permitiéndome a dedicarme un tiempo para ver lo que me pasa.

Gracias a la tristeza me he podido parar y darme cuenta de que te echo de menos Tía.

Gracias tristeza

Dedicado a mi Tía Arancha.


Recursos interesantes:

Definición tristeza wikipedia

Conversaciones con Fritz Perls